Narciso
era un joven de una extraordinaria e irresistible belleza, hijo del río Cefiso
y de la ninfa Liríope. Poseía una belleza tan embaucadora que enamoraba
perdidamente a todo aquel que tuviese la mala fortuna de contemplar su rostro.
Pero su arrogancia y su soberbia le hacían despreciar a todas y cada una de las
doncellas que caían rendidas a sus pies. Hacía continuamente caso omiso a las
insinuaciones y declaraciones de amor que le profesaban.
Un
día que Narciso se encontraba tumbado en un prado, abandonado plácidamente en
los brazos de Morfeo, soñando seguramente consigo mismo, apareció paseando por
allí una ninfa llamada Eco, que tras contemplarlo gentilmente dormido, quedó
prendada enseguida de su hermosura, perdidamente enamorada y viendo que Narciso
se había despertado y se disponía a alejarse de aquel lugar, intentó salir de
detrás de un árbol, pero al pisar una rama seca que había en el suelo, produjo
un sonido que alertó a Narciso.
- ¿Quién anda por ahí?
- ¿Ahí? Le contestó Eco
- ¿Quién eres? ¿Por qué no vienes?
- ¿Vienes? Le preguntó Eco
- ¿Dónde estás? No puedo verte
- Puedo verte, repitió Eco
- Ya estoy harto, me voy
- Me voy, dijo Eco, queriendo decir todo lo contrario
Ella lo siguió, pero él no quiso saber nada de una ninfa con una conversación tan estúpida, y se alejó rápidamente de ella.
Eco
anduvo sin rumbo hasta un acantilado donde fue marchitándose de amor y
humillación hasta que sólo perduró su voz, aun muerta se le oye en lugares
parecidos repetir las últimas palabras que oye. Eco era víctima de una
maldición impuesta por la diosa Hera, que la condenaba a repetir siempre la
última palabra, pero nunca la primera. A causa de la ayuda que prestó Eco, a
sus espaldas, a las amantes de Zeus.
Al enterarse de su muerte, las hermanas de Eco pidieron ayuda a Némesis, hija de la noche y diosa de la venganza. Ésta accedió, y para vengar a Eco y al resto de mujeres que languidecían por culpa de Narciso, lo condenó impulsándolo a beber de una fuente cristalina donde se viese reflejado. Cuando Narciso vio aquel rostro tan bello, quedó extasiado, intentó atrapar aquella belleza con la mano, pero cuando tocaba el agua la imagen desaparecía, al fin sufrió la amargura y el tormento del amor no correspondido. Así pasaron los días, se olvidó de comer y de beber, absorto en la imagen perfecta, esperando a ser correspondido por su propio reflejo. Poco a poco sus piernas se convirtieron en raíces, su cuerpo en tronco, sus brazos en ramas y su hermosa cabeza en una maravillosa flor que desde entonces lleva su nombre.
Narciso murió víctima de su propia vanidad y arrogancia por un amor no correspondido, y así Eco fue vengada.
El contenido esta agradable y fresco, el tamaño de las fuentes y tipos estan diferentes, quedarian bien en una de las dos, felicidades
ResponderEliminarExcelente material, presentado de manera fresca.
ResponderEliminarCiuda el tamaño de la fuente de las entradas y la sangrìas de los pàrrafos.
Me gusta mucho este blog. Siempre me ha llamado la atención la mitologia griega. Agreguenle mas información, puede ser algo más básico para la gente que no conoce nada respecto al tema.
ResponderEliminarAdoro la mitologia griega, y esta informacion basada en curiosidades esta muy buena. Si usas un tipo de letra mas clasico quedaria aun mejor!
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